Medio mundo se quedó en pausa el pasado viernes por una actualización fallida de CrowdStrike, que hizo que muchos equipos de Microsoft se quedaran fritos. Según la empresa, afectó a 8,5 millones de dispositivos, menos del 1% de las máquinas con Windows, pero el problema fue que esos fallos ocurrieron en sistemas críticos. Los expertos dicen que hay alternativas europeas e internacionales para no depender tanto de Microsoft o de esta empresa de ciberseguridad con sede en Austin, Texas.
La crisis mostró cuánto dependemos de la tecnología en sectores como el transporte. En España, Aena fue la principal víctima, con cientos de vuelos parados y gestiones que se tuvieron que hacer a mano como hace décadas.
Algunos expertos piensan que estamos usando demasiada tecnología y eso nos está pasando factura. Sancho Lerena, director de Pandora FMS (un software de código abierto que monitoriza sistemas y dispositivos de red), dice que la caída de CrowdStrike muestra que ni los grandes especialistas están a salvo de colapsos. «Un software de seguridad, que se supone debe proteger los sistemas de ataques, tira abajo el propio sistema», critica. Según él, la tecnología y especialmente el software son cada vez más complicados y caros de mantener, y eso aumenta las posibilidades de problemas como el de la semana pasada. «Quizá por eso mismo no hemos vuelto a la Luna desde los años 70, porque antes la tecnología se usaba con más cabeza y era menos complicada», concluye Lerena.
El problema de CrowdStrike fue por un fallo de la propia compañía, pero ha dejado una sensación preocupante de vulnerabilidad ante posibles ciberataques. La banca, el transporte, la energía y las telecomunicaciones son los principales objetivos, y si no queremos más problemas, habrá que invertir más en formación y en sistemas de seguridad informática.